Por Daniel Varela M.
Nuestros abuelos, nuestros padres y algunos de nosotros, solíamos tener en la plaza un espacio público donde conversar, discutir, tomar conocimiento de los últimos acontecimientos del país y del mundo.- . Es en esta plaza pública; donde nuestros padres solían entablar sus relaciones sociales, de amistad y amorosas que, las más de las veces, les acompañarían toda la vida.
La plaza pública, nuestro ágora, un mundo de disímiles intenciones, funciones y roles; loables algunos, recusables otros; los más, puramente orientados a la diversión, cualquiera fuese la función, nuestros padres reconocieron el sagrado derecho a discutir y disentir que podía tener lugar en este lugar público, como asimismo, el rol social de la misma.-
El cambio de mundo trajo aparejado una multiplicidad de situaciones nuevas que fueron desplazando a otras y, así, mientras la lavadora enviaba al rincón de los recuerdos la vieja batea, esta plaza pública, la de nuestros abuelos, fue perdiendo protagonismo y fue, con ello, envejeciendo, del mismo modo que los que aun persisten en visitarla de manera cotidiana.
La vieja Plaza Pública, al parecer, pasó a retiro.
No obstante, la naturaleza humana, gregaria, tiende a buscar conexiones, vínculos, conformar redes, y así, otra plaza pública, otro lugar de encuentro, de citas y de opinión fue surgiendo, Internet. Con ésta se abrió un mundo de posibilidades nuevas, la plaza pública, el ágora, ya no era la de mi pueblo, era un plaza mucho mas amplia, infinitamente más abierta, también lugar de encuentro, también un lugar donde conocer gente, establecer vínculos, lugar de difusión de ideas y propuestas, prácticamente igual que la antigua plaza, pero infinitamente amplia y heterogénea.
Como la vieja Plaza Pública, otros lugares de discusión y de difusión de ideas fueron colapsando. Las sedes Partidarias, Sociales y Sindicales fueron quedando, lenta e inexorablemente, vacías. De los espacios donde tenían lugar encendidos discursos revolucionarios y libertarios, una profunda discusión ideológica de trincheras irreconciliables que encendía pasiones, solo quedan algunos melancólicos entretenidos en un juego de dominó, de cartas u otro.
Así, el rincón de discusión pública de la plaza del pueblo, los partidos políticos , sedes u otros, resabios de la era industrial; mutar y adecuarse al nuevo mundo. Abierto e interconectado a todos.
Encuentro que lo que dijiste es super bien dicho faltan momentos para encontrarnos frente a frente
ResponderEliminarEste fue el comentario de cata varela su hij mayor tengo 11 años
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